LOS 4 VACÍOS es una técnica creada por la Dra. Nerea Lovecchio que surge como resultado de un proceso largo de investigación teórica-práctica y que se encuentra recogido en su Tesis: «Del vacío a la creación: Cine, dramaturgia y expresión corporal como aproximación hacia la verdad ante un hecho traumático». Este trabajo se puede leer y consultar aquí
Esta técnica cuenta con cuatro estadios, fundamentados en el trabajo de una actriz y que pueden ser extrapolados a nuestra vida cotidiana.
ACCIÓN
La acción en el actor y en la vida es lo que se encuentra más cercano al cuerpo, lo que sigue al impulso y da vida a nuestros objetivos en la escena y en la vida cotidiana.
A través de esta técnica trabajamos la acción a través del ritmo y para ello tomamos como base la técnica Dalcroze. El Dalcroze es el trabajo de la rítmica musical a través del cuerpo.
Objetivos: Concentración y precisión
TEXTO
A través de la técnica los 4 vacíos concebimos el texto, en el sentido literal de la palabra, como una de las fases que el actor de la vida y de la escena tienen que superar. El texto debe ser superado por el cuerpo y ha de trascender al mismo.
El texto es trabajado a través del condicionamiento físico del cuerpo, con técnicas que aportan resistencia, dinamicidad, fuerza y tono muscular.
Las palabras las tomamos como resistencia a la emoción. El texto no se siente, se hace y para ello el cuerpo habla. Habla desde su estado más puro a través del entrenamiento.
Objetivos: adquirir fondo físico a través de técnicas gimnásticas (resistencia, elasticidad, fuerza etc.)
EMOCIÓN
La emoción la trabajamos a través de las técnicas de expresión corporal y danza. En este momento damos vida a nuestra libertad en e movimiento. Bailamos lo que sentimos.
Dentro de este vacío, nos parece importante destacar el conflicto que existe tanto en la escena como en la vida. El conflicto se baila. Sin conflicto no habría avance en la emoción.
Objetivos: Bailar sin pensar, bailar lo que se siente. No existen límites para nuestro cuerpo.
SILENCIO
Dentro de esta técnica concebimos el silencio humano como el subtexto teatral, lo que no se dice pero está patente en nuestro cuerpo.
Sin silencio no podría haber movimiento, el silencio nos devuelve a través de una quietud y serenidad interna. Toma como base el “Hatha Yoga” y la meditación. Dentro de este vacío trabajamos con la voz y su respiración.
Objetivos: concentración, conexión con uno mismo, aprender a respirar.